Capitulo
097. [Never Say Never♥]
No
sé que hacer. Estoy perdida. Estoy jodidamente perdida en mi propio
mundo. En un mundo en el que no llego a encajar, en el que de una
forma u otra siempre creo problemas a los de mi alrededor, y como no,
también creándomelos a mi misma. Y por si fuera poco, ahora
trabajo, pero me gusta. No me puedo quejar, para nada. Trabajo en mi
lugar y sitio favorito. Rodeada de las personas que más aprecio
tengo en mi vida. Cerca de casa y de mi familia. Con lo que me
respecta a eso, no me puedo quejar. La música sigue inundando mis
oídos. Nunca me he separado de ella, es más, ahora estoy más unida
a ella que nunca. Debe de ser, porque ahora me paso los días en la
academia, gracias a Carol.
Natalia:
Eh profesora, no me sale este paso. Creo que es por el pie izquierdo.
Me da la impresión de que me lo dejo atrás al dar la vuelta por la
derecha.- Hace un gesto para que la mire, quiere repetirlo. Y yo dejo
de mirarla a través del gran espejo que ocupa toda la pared para
poder verla de frente. Me doy la vuelta y la observo atentamente
dejando a toda la clase esperando mi reacción. Sí, llevaba toda la
razón. Se dejaba el pie izquierdo justo antes de dar la vuelta. Me
pongo a su lado, y se lo repito atentamente mientras que se lo voy
explicando. Todo el mundo pone atención y yo lo intento hacer lo
mejor posible. Ya que debido a mi estado, no lo puedo hacer como
quiero, y debería, pero eso a ellos no le importa, dicen que me
adoran tal y como lo hago. Y que mi hija, será igual que su madre.
Ah sí, se me olvidaba, es niña.
Yo:
Jake, hazlo tú también. Te adelantas. Y con ellos todo el mundo,
vamos. Quedan cinco minutos y hay que aprovecharlos. Última vez,
último ensayo de la tarde.- Les dejo el suficiente espacio. Me
siento en el suelo con cuidado apoyándome en el gran espejo mientras
que con el mando pulso el play. La música inunda la sala, todo el
mundo está en sus posiciones y relajado. Unos más cansados que
otros y deseando de acabar con las dos horas y media de clase.
Algunos chicos se quedan mirando a las chicas, y piensan en como
pedirles salir, es el caso de Mike, está totalmente pillado por
Chloe. Todos con un año y medio o dos menos que yo. Todos mis
alumnos, todos con una cosa en común. Su pasión por el baile.
--------------------------------Narrado
por Noa------------------------------------------
Echaba
de menos mi casa, mi hogar. Las fiestas interminables en los parques
con la música a todo volumen. Ver a mi hermano caerse de su skate
una y otra vez para volver a levantarse e intentarlo otra vez. Las
risas de mis amigos, las tonterías y nuestros abrazos de osos.
Cuando Josh me cogía como un saco de patatas me llevaba hasta el
césped y me empapaba con el agua o me mataba a cosquillas. Cuando me
sonreía de esa manera tan perfecta, cuando hacía que todo fuera más
fácil. Echaba de menos todo eso, y espero que lo hayan sabido
comprender. Que era mi sueño y que llevo tiempo detrás de esto. El
que peor lo llevo fue él, Josh. Pero a la vez era el que mejor me
comprendía y el que hizo que me asegurara de dar este paso del todo.
Josh, era mi mejor amigo. Pero no aparto que más de una vez
sucediera algo más entre nosotros. Llevo sin hablar con él casi dos
semanas, sin escuchar sus tonterías, sus rías de fondo. No aguanto.
¿Cuánto me queda para llegar? Unos diez minutos, no mucho más, ya
empiezo a reconocer cada una de las casas y parques. Pero yo no
aguanto más, le pido al taxista que me baje aquí mismo. Le pago
enseguida y cojo mi maleta, que está un poco más cargada que la
última vez que estaba aquí. Esto de estar de gira por varios sitios
del mundo, hace que una persona compre de todo. Desde ropa a cosas
absolutamente inútiles. Me voy andando, acelerando el paso. Algunas
chicas se me quedan mirando, y algunas hasta se acercan para echarme
fotos con ellas. Me preguntan por Justin, por el grupo, y como no,
Bea. Justin se ha enterado de todo y me ha contado su plan. No lo veo
mala idea, es más, me gusta mucho y creo que a Bea le dejará
impresionada. Pero a quién no le va a gustar ni un pelo, creo que es
a mi hermano.¿Estará en casa? La verdad es que ni lo sé, pero
ahora mismo, sólo quiero ir al parque dónde me pasaba todos lo
días. Desde las primeras horas de la mañana hasta altas horas de la
madrugada. Nunca nos aburríamos de estar allí. Cada día, una nueva
historia, nuevos momentos y risas. Nuevos recuerdos inolvidables.
Llego, sólo me queda dar la vuelta a la esquina. Estoy empezando a
escuchar la música. Están ahí, todos. Me empiezo a poner nerviosa,
mucho. Me tiemblan las manos y hasta por un momento dudo en seguir
adelante, pero hay algo que me impide que salga corriendo hacía
atrás, él. Suspiro y por un momento cierro los ojos. Empiezo a
andar y me los encuentro a todos. Están todos, incluido Josh. Mi
hermano no está, pero veo a sus amigos. Dejo la maleta dónde
siempre dejaba la mochila, no se dan cuenta de que he llegado. Hasta
que me ve, por un momento se me quedo mirando, dudando en sí hacer
algo o no, y yo me quedé plantada en el sitio, sin saber que hacer.
Hasta que ví la sonrisa más hermosa del mundo en su rostro, vino
corriendo hacía mí. Me cogió por la cintura y me abrazó por los
aires como siempre hacía. Y un susurro, la frase que necesitaba oír,
me aseguró de que todo iba a ser como antes o mejor.
Josh:
Pequeña, te echaba de menos, muchísimo.
----------------------------Narrado
por Bea------------------------------------
Todos
han salido, estoy cansada. Mucho. Como cada tarde, todo se hace un
poco insoportable, pero sólo porque estoy ya de seis meses. Quién
lo diría, seis meses. Cierro los ojos, suspiro para mí misma y me
levanto del suelo. Por un momento miro hacía alrededor, nada. Todo
está en su sitio. Cojo la bolsa y salgo de la sala. Pero algo me
detiene, Carol todavía está aquí y se supone que debería de haber
salido hace media hora.
Carol:
El chico más guapo del planeta te espera en la sala de baile del
piano. Te dejo las llaves aquí encima, ¿vale?.- El chico más guapo
del planeta, sólo puede ser él. Una sonrisa se forma en mi cara. Le
digo a Carol que cierre todas las persianas de la calle da afuera,
para que ningún alumno pueda entrar, ya que muchos entran en las
horas libres. Y yo voy directa hacía la sala dónde está el piano.
Y ahí está, mi grandullón, Manu.
Está
sentado, no se ha dado cuenta de que estoy detrás de él y acabo de
entrar. Está sentado en el piano y está tocando sin sentido alguno.
Dejo el bolso justo detrás mía y poco a poco me voy acercando a él.
Es tonto, no se da cuenta. Le tapo los ojos, con mucho cuidado.
Yo:
¿Quién soy?.- Le digo susurrando al oído mientras que él ponía
sus manos sobre las mías y reía.
Manu:
No sé, dudo. Puedes ser o el monstruo de las galletas que me ha
pillado hoy robando una o eres la pequeña que me hace reír.- Le
quito las manos y me siento justo a su lado, delante del piano.
Yo:
Siento desilusionarte, pero soy el monstruo de las galletas y vengo a
comerte. Por haberme robado hoy una galleta.- Digo mirándole
mientras sonrío con un cara rara, frunciendo el ceño con una voz un
tanto rara.
Manu:
Mmmm, pues estoy muy rico eh, vas a disfrutar comiéndome. Sólo
advierto.- No pude evitar estallar en una carcajada. Está loco, se
le va la pinza.- ¿Qué tal te ha ido hoy el día, pequeña?.- Volvía
a decir en un tono ya serio. Yo no pude evitar hacer un “pprr” y
tocar una tecla a la vez.
Yo:
Como siempre. He intentado enseñarles los nuevos pasos como he
podido, con ayuda de Blanca. Y luego todo ha ido, los chicos son muy
majos, ya lo sabes. Me ayudan con todo, no me puedo quejar para
nada.- Digo ahora tocando dos teclas más.
Manu:
Me contó tu hermano que le prometiste que volverías a tocar el
piano. Me ha dicho que al final no lo hiciste.- Tragué saliva,
recuerdo cuando se lo prometí, pero recuerdo que me puse delante del
piano y no pude, es que simplemente, no pude hacerlo. No pude tocar.-
Toca, intenta tocar ahora. Por favor.- Sonaba a un tonto de súplica,
tal vez ahogado y acabado en un pequeño susurro. Volví a tragar
saliva y dejé salir un leve suspiro.
Yo:
Me recuerda a él, Manu. No puedo, es superior a mí.- Dije mirando
mis manos sobre las teclas. Tenían un leve nerviosismo y notaba como
temblaban. Mi cabeza se quedó cabizbaja, sabiendo de sobra que sí
pestañeaba una sola vez más, una lágrima caería por mi mejilla
derecha.
Manu:
Eh..- Me cogió por el mentón e hizo que quedará mirándole. Pero
enseguida volví a agachar la cabeza, sabiendo que odiaba que me
viera llorar. Sabiendo yo misma que odiaba que él lo pasara mal por
verme a mí así.- Está bien. Haz una cosa..- Dijo mientras se
levantaba y se colocaba detrás de mí.- Cierra los ojos..- No me iba
a oponer a lo que decía, cerré los ojos, notando como una lágrima
caía en mi muslo derecho. Puso sus manos sobre las mías y las dejo
caer de nuevo sobre el piano.- Haz como hacemos en el ascensor. No
pienses en nada, piensa en tí, en mí. En los momentos que pasamos
juntos. En nosotros, en todos los momentos, peque. Sé que puedes
hacerlo. Confío en ti.- Decía susurrándome en el oído. Nosotros.
Nuestros momentos. Sé que puedes hacerlo. Confío en ti. Sus
palabras, ese día en la playa. Ese día en el cual esa canción fue
testigo de aquel beso.
--------------------------------Flashback--------------------------------------
Ya
es de noche. ¿Cómo se ha pasado tan rápido el día? No lo sé.
Sólo sé que parece que haya estado aquí una hora. En serio,
demasiado deprisa. Desde las diez de la mañana hasta ahora. Serán
las nueve y media y la playa está desierta. Menos por la persona que
hoy ha hecho que esto sea un día demasiado inolvidable, perfecto,
inalcanzable e inigualable. ¿Me explico, no?
Le
tengo al lado. Está escuchado música, pero no quiero molestarle.
Está demasiado precioso. Tiene el pelo mojado, está con los ojos
cerrados, tumbado. Y seguramente pensando en cada uno de los
problemas o cosas que se le pasen por la cabeza.
Yo
estoy sentada, mirando como las olas rompen una y otra vez. Como la
brisa choca contra mi rostro y alborota todo mi pelo, como por un
momento yo también cierro los ojos y me meto en mi mundo. Hasta que
noto su mano recorrer mi espalda. Haciendo pequeñas cosquillas que
hacen que mi cuerpo se revolucione por completo mientras el vello se
me pone de punta.
Yo:
Ey, para. Que me entran escalofríos.- Le digo mientras por un
momento me vuelvo para verle.
Manu:
Ven..- Dice mientras daba pequeños toques en la arena para que me
tumbara a su lado. Y así hice, me tumbé justo a su lado.- Escucha
esta canción, por favor.- Me paso uno de sus cascos, luego pasó una
de sus manos por detrás mía y yo quedé tumbada de lado escuchando
la canción justo encima de su hombro. Mientras seguía haciéndome
pequeñas cosquillas que me recorrían la espalda de arriba abajo. Y
está canción ya me la sabía de memoria. Chasing Cars, de Snow
Patrol. Su letra era demasiado incomparable, perfecta. “Those three
words, are said too much. They are not enough.” Y la canción
seguía, cada frase, cada palabra, seguía siendo perfecta. “I need
your grace, to remind me. To find my own.” Hasta entonces. él no
dijo nada. Porque justo antes de acabar esa frase se levanto, se
sentó. Y por un momento me preocupé. Algo le pasaba. Yo me senté a
su lado, esperando algo, una respuesta. Alguna reacción.
Manu:
¿Por qué? ¿Por qué siempre a mí, Bea? ¿Siempre me tengo que
enamorar de la persona en la cual no debería? ¿Por qué es todo tan
complicado?.- No, no puede ser verdad. Me he perdido, totalmente. ¿Me
acaba de decir que está enamorado de mí?
Bea:
Manu, yo..- Pero no me dejaba acabar. Él siguió hablando, pero está
vez, con lágrimas en los ojos.
Manu:
Haría esto ciento de veces, miles. Me escaparía contigo a cualquier
lado, dejando todo y a todos, haciendo que mi vida sea por completo
un gran sueño hecho realidad junto con la persona a la que quiero.
Pero no, porque esa persona está enamorada de otra. Porque me mata
ver como sufre por otro chico, porque al abrazarla sé que nunca será
mía, que todo está perdido. Porque siempre a pesar de todo, estoy
ahí. Me mata, Bea. Me mata por completo. Ver tu sonrisa diariamente
y no poder besarte. Tengo impotencia, impotencia por todo. Me odio
por no poder ser la persona que quiero. Esa persona feliz que tanto
me gustaría ser, pero no. Porque simplemente tú, sientes
exactamente lo contrario. Polos opuestos.
Simplemente
hice, lo que el corazón me pedía en ese momento. Lo que quería y
deseaba. Tanto o más que él. Me acerqué, y le besé. Haciendo que
sus labios estuvieran encima de los míos. Pasando mis manos por
detrás de su cuello, por su pelo. Y sus manos en mis caderas,
pegándome a él. Notando su pecho contra el mío. Y sus besos
lentos, y sabor a fresa con nata de haber comido antes, eran
increíbles. Y sino, que le pregunten a esa canción. Esa canción
que había sido testigo de aquel beso.
------------------------------Fin
del flashback----------------------------
Y
mis manos, sobre el piano. Empezaron a tocar esa melodía. Esa
canción.
[Continuará..]
HE
AMADO INFINITAMENTE ESTE CAPITULO, Y NO TENGO NADA MÁS QUE DECIR.
Ale,
os quiero <3