Esta soy yo.

Pues sí, esta soy yo, soy una simple chica que no sabe como empezar para describirte como es..
Soy una chica tímida, aunque a veces parezca que no, no soporto a la gente que me chilla o que simplemente me hace pasarlo mal.
Soy alguien que lo pasado mal, que ha sufrido, pero ya no le importa, no le importa que me peguen, que le humillen, y que le falten el respeto simplemente por que me llamen "Belieber o Jonatica", pero a todas esas personas les doy las gracias por haberme echo mucho más fuerte y por hacerme creer que soy una buena fan y que los defiendo pase lo que pase.
Soy una chica a la que le encantan Jonas Brothers y ama a Justin Bieber, pero si supieras quién soy, sabrías que me gustan muchos más cantantes..
Soy una chica que se peleo con su mejor amigo por Justin, cuando siempre ha estado con él, desde que tenía dos añitos.
Soy una chica humilde, a la que le encanta ver sonreír a las personas, soy una chica que se ríe de ella misma sin darse cuenta, soy una de las chicas que prefieren quedarse en casa a ver una peli con su hermano antes de salir de botellón.
Soy una chica que odia pelearse con su hermano, pero que hace todo lo posible por llevarse bien con él.
Soy una chica que odia el racismo y odia los insultos y las guerras entre nosotros, los humanos.
Soy una chica a la que le encanta escribir su propia novela, una chica que cuenta su historia a través de cada uno de los capítulos, una chica que ama y aprecia a cada una de las personas que dedican su tiempo libre a leer cada capítulo.
Soy una chica a la que le encanta hablar en otro idioma, sobretodo el inglés.
Soy una chica que su habitación esta pintada del color Justin Bieber.
Soy una chica que no tiene Bieber-Fever.
Soy una chica que tiene Cáncer-Bieber.
Soy una chica a la que le encanta el baile y no podría vivir sin él.
Soy una chica soñadora y que no sabría que hacer sin las palabras " imaginación y soñar".
Soy una chica a la que no le gusta que le alaguen por lo que escribe, ya que soy tal como soy.
Soy una chica normal y corriente.
Esta soy yo.

jueves, 5 de julio de 2012

El final.


¿Te acuerdas de cuando Carol le dice a Bea.. " El chico más guapo del planeta te espera en la sala de baile del piano"? Pues no se refería al personaje de Manu, sino al de Justin.
Si volvemos al último capitulo, cuando vez empieza a tocar la canción, se da cuenta de que está Justin, y al principio no lo pilla, y entonces en dónde entra Manu. Manu le dice que quiere que hable con él, que él sabía perfectamente que ella nunca iba  a estar enamorada de él, y que como quería lo mejor para ella, quería que lo hablase con Justin. Entonces Bea empezó a llorar, y se negaba, pero al final aceptó. Bea habló con Justin, y él le pidió disculpas explicándole todo lo que había pasado con Nika, pero ella no quería saber nada del tema a pesar de todo, así que salió de la sala de baile y se fue. A partir de ese momento, los dos se fueron por un camino diferente.A los dos años, Manu y Bea siguieron siendo buenos amigos, pero nunca llegó a pasar nada entre ellos. Es más, Manu volvió con esa chica de la cual estuvo siempre enamorado, Claire. Y Bea tuvo a su hija, a la cual llamó igual que la abuela de Justin, Diane. Diane sabía perfectamente quién era su padre, Bea no se lo ocultó nunca, y le dijo que se separaron, sin darle tampoco mucho detalles.
Como pasaron dos años, en unas navidades, Justin no podía más. Y habló con Manu y con Mery, quería hablarlo con Bea, no quería perderse por más tiempo como nacía su hija, ni tampoco como perdía a Bea, cada vez más.  Así que esa Navidad, con la ayuda de Manu y de Mery, Justin se disfrazó de Papa Noel, y tocó en la puerta que ahora era la casa de Bea y que compartía con Diane.
Bea estaba haciendo chocolate caliente, ya que en pocas horas llegaba su hermano. Sonó la puerta y la pequeña Diane fue corriendo a abrir. Y se encontró con un chico disfrazado de Papa Noel, como ya había sucedido durante el día con otros dos chicos totalmente diferentes a Justin.
- ¡Mamá, mamá! Hay otro Papa Noel en casa, ¿puedes venir?.- Le dijo la pequeña desde la puerta. Justin sonrió al verla, no podía creerse que ésta, estuviera tan grande y tan parecida a él. Tenía los ojos igual que él, y el pelo era una pequeña mezcla de su color y el de Bea. la sonrisa era de Bea, idéntica. Y la forma de la cara era más parecida a la de él que a la de ella. Su pequeña hija. Justin la tomó en brazos mientras le ofrecía unos cuantos caramelos hasta que llegó Bea, dónde su corazón, empezó a latir cada vez más y más.
-Oh perdone, estaba un poco distraída en la cocina. Diane, bájate de los brazos del hombre, que pesas.- Le dijo a su hija.- Y enseguida vengo, voy a por algo de dinero para usted.- Dijo refiriéndose al hombre, el cuál no sabía dado cuenta de que era Justin. Justin soltó un pequeño suspiro. Todo iba como planeaba.
La pequeña Diane empezó a jugar un poco con Justin en las escaleras que había justo al entrar un poco en casa, dónde estaban las habitaciones. Justin no perdía esa sonrisa que había en su rostro desde que vio a la pequeña, era preciosa. Y sobretodo, la veía muy feliz. Bea volvió a parecer y sonrió un poco ante la escena que estaba viendo, los dos jugaban muchísimo, sin parar de reír.
- Siento molestar, y también siento pedirle disculpas a su usted. han venido demasiados Papa Noel a casa, y me he quedado sin algo de suelto. ¿Por qué no pasa y se toma algo de chocolate? Es lo único que le puedo ofrecer.- Dijo Bea haciendo una pequeña mueca. Justin al principio se negó, pero tras la insistencia de Bea, decidió quedarse.
Al principio jugaban con la pequeña. Bea notaba bastante raro al ver al chico, incluso llegó a pensar en Justin, pero nunca dijo nada. No quería meter la pata. Diane se quedó jugando con las muñecas, mientras ellos hablaban. Bea le preguntaba si llevaba mucho tiempo con ese trabajo, qué tal le iban las cosas y hasta hubo un momento dónde se mencionó a la familia. Justin no le quedaba otra que mentir respecto a algunas cosas, pero sabía de sobra que tenía que hacerlo, además, todos esos pequeños detalles los tenía preparados, de Bea se lo esperaba todo.
Diane se quedó completamente dormida en los brazos de Bea. Justin enseguida se ofreció para ayudarla a acostarla, era lo único que podía hacer para poder agradecerle de alguna forma el chocolate, fingiendo perfectamente su papel. Bea le indicó dónde era, y Justin comenzó a subir las escaleras con la pequeña en brazos. No escuchaba a Bea detrás, así que aprovechó ese momento.
-Pequeña princesa, te prometo que papá volverá. Muy pronto. Y estaremos juntos, todo saldrá bien. Te lo prometo hija.- Dijo Justin intentando tener una voz firme, pero a la vez que hablaba era cada vez más quebrada  y casi sin voz.
-Sabía que eras tú.- Escuchó detrás suya, sin saber que esa frase, volvería a cambiarlo todo. Que todo iba a cambiar, que no iba a ser como antes, sino mucho mejor.
Y FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN.
Aquí acaba esto, no tenía pensado contar todo esto, pero al final lo hice por esas personas que han estado ahí desde un principio, para agradecerselo, y a las demás personas no les tengo nada que decir.
Ah, y empezaré una novela. Tal vez con mi mejor amiga, para que podamos subir cada día y no haya problemas, pero no lo sé, depende de muchas cosas, ya os contaré por aquí o por Twitter.
Un besazo y espero que os haya gustado. <3

domingo, 10 de junio de 2012

Capitulo 097. [Never Say Never♥]


Capitulo 097. [Never Say Never♥]
No sé que hacer. Estoy perdida. Estoy jodidamente perdida en mi propio mundo. En un mundo en el que no llego a encajar, en el que de una forma u otra siempre creo problemas a los de mi alrededor, y como no, también creándomelos a mi misma. Y por si fuera poco, ahora trabajo, pero me gusta. No me puedo quejar, para nada. Trabajo en mi lugar y sitio favorito. Rodeada de las personas que más aprecio tengo en mi vida. Cerca de casa y de mi familia. Con lo que me respecta a eso, no me puedo quejar. La música sigue inundando mis oídos. Nunca me he separado de ella, es más, ahora estoy más unida a ella que nunca. Debe de ser, porque ahora me paso los días en la academia, gracias a Carol.
Natalia: Eh profesora, no me sale este paso. Creo que es por el pie izquierdo. Me da la impresión de que me lo dejo atrás al dar la vuelta por la derecha.- Hace un gesto para que la mire, quiere repetirlo. Y yo dejo de mirarla a través del gran espejo que ocupa toda la pared para poder verla de frente. Me doy la vuelta y la observo atentamente dejando a toda la clase esperando mi reacción. Sí, llevaba toda la razón. Se dejaba el pie izquierdo justo antes de dar la vuelta. Me pongo a su lado, y se lo repito atentamente mientras que se lo voy explicando. Todo el mundo pone atención y yo lo intento hacer lo mejor posible. Ya que debido a mi estado, no lo puedo hacer como quiero, y debería, pero eso a ellos no le importa, dicen que me adoran tal y como lo hago. Y que mi hija, será igual que su madre. Ah sí, se me olvidaba, es niña.
Yo: Jake, hazlo tú también. Te adelantas. Y con ellos todo el mundo, vamos. Quedan cinco minutos y hay que aprovecharlos. Última vez, último ensayo de la tarde.- Les dejo el suficiente espacio. Me siento en el suelo con cuidado apoyándome en el gran espejo mientras que con el mando pulso el play. La música inunda la sala, todo el mundo está en sus posiciones y relajado. Unos más cansados que otros y deseando de acabar con las dos horas y media de clase. Algunos chicos se quedan mirando a las chicas, y piensan en como pedirles salir, es el caso de Mike, está totalmente pillado por Chloe. Todos con un año y medio o dos menos que yo. Todos mis alumnos, todos con una cosa en común. Su pasión por el baile.
--------------------------------Narrado por Noa------------------------------------------
Echaba de menos mi casa, mi hogar. Las fiestas interminables en los parques con la música a todo volumen. Ver a mi hermano caerse de su skate una y otra vez para volver a levantarse e intentarlo otra vez. Las risas de mis amigos, las tonterías y nuestros abrazos de osos. Cuando Josh me cogía como un saco de patatas me llevaba hasta el césped y me empapaba con el agua o me mataba a cosquillas. Cuando me sonreía de esa manera tan perfecta, cuando hacía que todo fuera más fácil. Echaba de menos todo eso, y espero que lo hayan sabido comprender. Que era mi sueño y que llevo tiempo detrás de esto. El que peor lo llevo fue él, Josh. Pero a la vez era el que mejor me comprendía y el que hizo que me asegurara de dar este paso del todo. Josh, era mi mejor amigo. Pero no aparto que más de una vez sucediera algo más entre nosotros. Llevo sin hablar con él casi dos semanas, sin escuchar sus tonterías, sus rías de fondo. No aguanto. ¿Cuánto me queda para llegar? Unos diez minutos, no mucho más, ya empiezo a reconocer cada una de las casas y parques. Pero yo no aguanto más, le pido al taxista que me baje aquí mismo. Le pago enseguida y cojo mi maleta, que está un poco más cargada que la última vez que estaba aquí. Esto de estar de gira por varios sitios del mundo, hace que una persona compre de todo. Desde ropa a cosas absolutamente inútiles. Me voy andando, acelerando el paso. Algunas chicas se me quedan mirando, y algunas hasta se acercan para echarme fotos con ellas. Me preguntan por Justin, por el grupo, y como no, Bea. Justin se ha enterado de todo y me ha contado su plan. No lo veo mala idea, es más, me gusta mucho y creo que a Bea le dejará impresionada. Pero a quién no le va a gustar ni un pelo, creo que es a mi hermano.¿Estará en casa? La verdad es que ni lo sé, pero ahora mismo, sólo quiero ir al parque dónde me pasaba todos lo días. Desde las primeras horas de la mañana hasta altas horas de la madrugada. Nunca nos aburríamos de estar allí. Cada día, una nueva historia, nuevos momentos y risas. Nuevos recuerdos inolvidables. Llego, sólo me queda dar la vuelta a la esquina. Estoy empezando a escuchar la música. Están ahí, todos. Me empiezo a poner nerviosa, mucho. Me tiemblan las manos y hasta por un momento dudo en seguir adelante, pero hay algo que me impide que salga corriendo hacía atrás, él. Suspiro y por un momento cierro los ojos. Empiezo a andar y me los encuentro a todos. Están todos, incluido Josh. Mi hermano no está, pero veo a sus amigos. Dejo la maleta dónde siempre dejaba la mochila, no se dan cuenta de que he llegado. Hasta que me ve, por un momento se me quedo mirando, dudando en sí hacer algo o no, y yo me quedé plantada en el sitio, sin saber que hacer. Hasta que ví la sonrisa más hermosa del mundo en su rostro, vino corriendo hacía mí. Me cogió por la cintura y me abrazó por los aires como siempre hacía. Y un susurro, la frase que necesitaba oír, me aseguró de que todo iba a ser como antes o mejor.
Josh: Pequeña, te echaba de menos, muchísimo.
----------------------------Narrado por Bea------------------------------------
Todos han salido, estoy cansada. Mucho. Como cada tarde, todo se hace un poco insoportable, pero sólo porque estoy ya de seis meses. Quién lo diría, seis meses. Cierro los ojos, suspiro para mí misma y me levanto del suelo. Por un momento miro hacía alrededor, nada. Todo está en su sitio. Cojo la bolsa y salgo de la sala. Pero algo me detiene, Carol todavía está aquí y se supone que debería de haber salido hace media hora.
Carol: El chico más guapo del planeta te espera en la sala de baile del piano. Te dejo las llaves aquí encima, ¿vale?.- El chico más guapo del planeta, sólo puede ser él. Una sonrisa se forma en mi cara. Le digo a Carol que cierre todas las persianas de la calle da afuera, para que ningún alumno pueda entrar, ya que muchos entran en las horas libres. Y yo voy directa hacía la sala dónde está el piano. Y ahí está, mi grandullón, Manu.
Está sentado, no se ha dado cuenta de que estoy detrás de él y acabo de entrar. Está sentado en el piano y está tocando sin sentido alguno. Dejo el bolso justo detrás mía y poco a poco me voy acercando a él. Es tonto, no se da cuenta. Le tapo los ojos, con mucho cuidado.
Yo: ¿Quién soy?.- Le digo susurrando al oído mientras que él ponía sus manos sobre las mías y reía.
Manu: No sé, dudo. Puedes ser o el monstruo de las galletas que me ha pillado hoy robando una o eres la pequeña que me hace reír.- Le quito las manos y me siento justo a su lado, delante del piano.
Yo: Siento desilusionarte, pero soy el monstruo de las galletas y vengo a comerte. Por haberme robado hoy una galleta.- Digo mirándole mientras sonrío con un cara rara, frunciendo el ceño con una voz un tanto rara.
Manu: Mmmm, pues estoy muy rico eh, vas a disfrutar comiéndome. Sólo advierto.- No pude evitar estallar en una carcajada. Está loco, se le va la pinza.- ¿Qué tal te ha ido hoy el día, pequeña?.- Volvía a decir en un tono ya serio. Yo no pude evitar hacer un “pprr” y tocar una tecla a la vez.
Yo: Como siempre. He intentado enseñarles los nuevos pasos como he podido, con ayuda de Blanca. Y luego todo ha ido, los chicos son muy majos, ya lo sabes. Me ayudan con todo, no me puedo quejar para nada.- Digo ahora tocando dos teclas más.
Manu: Me contó tu hermano que le prometiste que volverías a tocar el piano. Me ha dicho que al final no lo hiciste.- Tragué saliva, recuerdo cuando se lo prometí, pero recuerdo que me puse delante del piano y no pude, es que simplemente, no pude hacerlo. No pude tocar.- Toca, intenta tocar ahora. Por favor.- Sonaba a un tonto de súplica, tal vez ahogado y acabado en un pequeño susurro. Volví a tragar saliva y dejé salir un leve suspiro.
Yo: Me recuerda a él, Manu. No puedo, es superior a mí.- Dije mirando mis manos sobre las teclas. Tenían un leve nerviosismo y notaba como temblaban. Mi cabeza se quedó cabizbaja, sabiendo de sobra que sí pestañeaba una sola vez más, una lágrima caería por mi mejilla derecha.
Manu: Eh..- Me cogió por el mentón e hizo que quedará mirándole. Pero enseguida volví a agachar la cabeza, sabiendo que odiaba que me viera llorar. Sabiendo yo misma que odiaba que él lo pasara mal por verme a mí así.- Está bien. Haz una cosa..- Dijo mientras se levantaba y se colocaba detrás de mí.- Cierra los ojos..- No me iba a oponer a lo que decía, cerré los ojos, notando como una lágrima caía en mi muslo derecho. Puso sus manos sobre las mías y las dejo caer de nuevo sobre el piano.- Haz como hacemos en el ascensor. No pienses en nada, piensa en tí, en mí. En los momentos que pasamos juntos. En nosotros, en todos los momentos, peque. Sé que puedes hacerlo. Confío en ti.- Decía susurrándome en el oído. Nosotros. Nuestros momentos. Sé que puedes hacerlo. Confío en ti. Sus palabras, ese día en la playa. Ese día en el cual esa canción fue testigo de aquel beso.
--------------------------------Flashback--------------------------------------
Ya es de noche. ¿Cómo se ha pasado tan rápido el día? No lo sé. Sólo sé que parece que haya estado aquí una hora. En serio, demasiado deprisa. Desde las diez de la mañana hasta ahora. Serán las nueve y media y la playa está desierta. Menos por la persona que hoy ha hecho que esto sea un día demasiado inolvidable, perfecto, inalcanzable e inigualable. ¿Me explico, no?
Le tengo al lado. Está escuchado música, pero no quiero molestarle. Está demasiado precioso. Tiene el pelo mojado, está con los ojos cerrados, tumbado. Y seguramente pensando en cada uno de los problemas o cosas que se le pasen por la cabeza.
Yo estoy sentada, mirando como las olas rompen una y otra vez. Como la brisa choca contra mi rostro y alborota todo mi pelo, como por un momento yo también cierro los ojos y me meto en mi mundo. Hasta que noto su mano recorrer mi espalda. Haciendo pequeñas cosquillas que hacen que mi cuerpo se revolucione por completo mientras el vello se me pone de punta.
Yo: Ey, para. Que me entran escalofríos.- Le digo mientras por un momento me vuelvo para verle.
Manu: Ven..- Dice mientras daba pequeños toques en la arena para que me tumbara a su lado. Y así hice, me tumbé justo a su lado.- Escucha esta canción, por favor.- Me paso uno de sus cascos, luego pasó una de sus manos por detrás mía y yo quedé tumbada de lado escuchando la canción justo encima de su hombro. Mientras seguía haciéndome pequeñas cosquillas que me recorrían la espalda de arriba abajo. Y está canción ya me la sabía de memoria. Chasing Cars, de Snow Patrol. Su letra era demasiado incomparable, perfecta. “Those three words, are said too much. They are not enough.” Y la canción seguía, cada frase, cada palabra, seguía siendo perfecta. “I need your grace, to remind me. To find my own.” Hasta entonces. él no dijo nada. Porque justo antes de acabar esa frase se levanto, se sentó. Y por un momento me preocupé. Algo le pasaba. Yo me senté a su lado, esperando algo, una respuesta. Alguna reacción.
Manu: ¿Por qué? ¿Por qué siempre a mí, Bea? ¿Siempre me tengo que enamorar de la persona en la cual no debería? ¿Por qué es todo tan complicado?.- No, no puede ser verdad. Me he perdido, totalmente. ¿Me acaba de decir que está enamorado de mí?
Bea: Manu, yo..- Pero no me dejaba acabar. Él siguió hablando, pero está vez, con lágrimas en los ojos.
Manu: Haría esto ciento de veces, miles. Me escaparía contigo a cualquier lado, dejando todo y a todos, haciendo que mi vida sea por completo un gran sueño hecho realidad junto con la persona a la que quiero. Pero no, porque esa persona está enamorada de otra. Porque me mata ver como sufre por otro chico, porque al abrazarla sé que nunca será mía, que todo está perdido. Porque siempre a pesar de todo, estoy ahí. Me mata, Bea. Me mata por completo. Ver tu sonrisa diariamente y no poder besarte. Tengo impotencia, impotencia por todo. Me odio por no poder ser la persona que quiero. Esa persona feliz que tanto me gustaría ser, pero no. Porque simplemente tú, sientes exactamente lo contrario. Polos opuestos.
Simplemente hice, lo que el corazón me pedía en ese momento. Lo que quería y deseaba. Tanto o más que él. Me acerqué, y le besé. Haciendo que sus labios estuvieran encima de los míos. Pasando mis manos por detrás de su cuello, por su pelo. Y sus manos en mis caderas, pegándome a él. Notando su pecho contra el mío. Y sus besos lentos, y sabor a fresa con nata de haber comido antes, eran increíbles. Y sino, que le pregunten a esa canción. Esa canción que había sido testigo de aquel beso.
------------------------------Fin del flashback----------------------------
Y mis manos, sobre el piano. Empezaron a tocar esa melodía. Esa canción.
[Continuará..]
HE AMADO INFINITAMENTE ESTE CAPITULO, Y NO TENGO NADA MÁS QUE DECIR.
Ale, os quiero <3

domingo, 20 de mayo de 2012

Capitulo 096. [Never Say Never♥]


Capitulo 096. [Never Say Never♥]
No me lo podía creer, es que no daba crédito a lo que estaba viendo. ¿De qué habrán hablado? ¿Le habrá dicho algo Manu a Justin sobre el embarazo? Estaba impaciente por saberlo.
Yo: ¿Con Justin? Explícate.- No contesta. Escribiendo.. nada. No era para mí. Otra vez, escribiendo.. nada. ¡Manu, contesta! Escribiendo.. para mí.
Manu: Me ha llamado, sólo era para saber si estaban aquí unas cosas de Noa, me ha preguntado que tal iba todo, y ya está. No te ha mencionado. Oye, lo siento si no contesto, esto me va fatal.- ¿Me habrá dicho la verdad? Sí. Nunca dudaría de él. Sé que nunca me mentiría y que puedo confiar en él.
Yo: No te preocupes. Bueno, espero que al menos os llevéis bien, Justin en el fondo no es mala persona.
Manu: Claro, no es para tí que sigues enamorada de él. Para mí, es un capullo.
Yo: No quiero hablar de él, no merece la pena. Por cierto, no estamos cumpliendo nuestra promesa. Mañana hace un mes que no te veo. Un mes, y yo no aguanto.- Y se desconectó, ya sé que le iba mal, pero no me dejo acabar, y sé lo terminé de enviar, para que lo viera en cuanto se conectara de nuevo.- Quiero verte ya.
Suspiré, lamentando que él no estuviera aquí conmigo. Apagué el ordenador y me tiré hacía atrás en la cama con cuidado mientras me ponía la música de mp4 a todo volumen, hasta que me llamara mi madre o mi hermano para bajar a cenar. Ya me dolía la espalda, me tengo que tumbar de lado o el poco peso del bebé acabará por destrozarme toda la espalda. Tiene casi cuatro meses. Cuando tenga siete u ocho, ¿que haré? Dios mio, me queda mucho por aguantar. Se acabó, la canción. Vuelve a sonar Kelly Clarkson, Stronger. Cierro los ojos, no sé que haría sin la música. Ahora mismo, gracias a ella me encuentro mejor y con ganas de seguir adelante. Creo que nunca habrá una manera de agradecerle a cada cantante cada una de las canciones con las que te sientes completamente identificado, parece que escriben tu vida en ellas. Y entonces me doy cuenta de algo, ellos no se salvan de los problemas ni de los malos momentos. Ellos también son humanos que lo pasan mal, que son como tú. Y se desahogan escribiendo canciones que hacen que describan tus malas rachas. Algo me saca de mis pensamientos, lo que me hace sonreír día a día.
Ben: ¡Qué llevo llamándote más de cinco minutos! Joder.- Y yo sólo podía reír, la cara de tonto y de refunfuñón que se le pone cuando se enfada. No podía aguantarme la risa.- Pero serás desgraciada, encima te ríes de mí en toda mi cara, ahora verás.- Y de pronto veo como bien corriendo y se sube encima, de mis piernas, y empieza a hacerme cosquillas, con mucho cuidado, pero me las hace y yo no puedo parar de reír. Es el mejor mejor hermano del mundo. Puede que a veces sea el más cabezota del mundo, el más desesperante y a veces tenga ganas de matarlo, pero por cosas como éstas, por momentos como éste, le amo tanto, y ese odio se va enseguida.
Mamá: ¡Bájate de encima de tu hermana, ya!.- Mi madre estaba en la puerta, seguro que nos ha escuchado reír o incluso hasta chillar.- Que le puedes hacer daño hombre..- Él se bajo enseguida de encima y se bajo de la cama en busca de mi madre.- Bea, te esperamos abajo. No tardes mucho que se enfría por favor.- Yo todavía seguía tumbada de la risa y sólo pude decir un: “Sí, mamá.” Que ni siquiera sé si llego a entender.
Me quede por un momento más en la cama y me levanté decidida a ir a cenar. Pero si son las nueve, no tengo ganas. Bueno, a ver lo que hay para cenar y así como ahora o luego más tarde. Empecé a bajar las escaleras. Que suena, suena. ¡Qué suena el móvil! Siempre igual. Subo de nuevo las escaleras y era un mensaje. Sólo con ver el nombre de la persona que era se me puso una sonrisa en la cara. Manu: “Siempre cumplo mis promesas, soy un chico de palabra. ¿Me abres o qué?” ¿Qué si le abro? Y enseguida sonó el timbre. No puede ser, no. No me lo creo. ¿Es él? Eso es imposible.
Yo: ¡Abro yo!.- Grité como una loca mientras bajaba las escaleras, con cuidado, siempre. Pero ahora mismo sólo quería saber quién estaba detrás de la puerta. Y abrí, estaba él. No puede ser, no me lo creo. Sin pensármelo dí un pequeño salto, pasando mis piernas por detrás de su cadera y él me cogió enseguida.- Manu..- Llegué a poder susurrar y ni siquiera sé como, no me lo podía creer.- No vuelvas a hacer esto nunca más. Me puede dar un paro cardíaco al verte en la puerta.- Empecé a darles besos por la mejilla, no me lo podía creer, es que no llegaba a asimilarlo.
Manu: ¿Tú no cambias no? Sigues igual de exagerada.- Dijo mientras me bajaba.- Espero que haya sitio para mí, aunque sea en el sofá, esto de presentarse así de pronto tiene sus inconvenientes.- A la mierda, yo todavía no me lo creía y le volví a abrazar.- He echado de menos esos abrazos y prontos que te dan.
Yo: Yo te he echado de menos a tí, todo en general. Ah, ya venga.- Me separé de él, cogí una pequeña mochila que tenía y la deje caer encima del primer escalón de las escaleras.- ¡Mamá, tenemos visita!.- Y el tontorrón de mi hermano vino corriendo de la cocina a ver quién era después de escuchar la última palabra.
Ben: ¡Manuuuuuuuuuuuuu!.- Y salió en su busca, Manu le cogió en el aire y dio varias vueltas.
Manu: Enano, que se te echaba de menos.- Dijo mientras le bajaba y le revolucionaba todos los pelos.- Encantado señora, soy Manu.- Dijo mientras le daba la mano a mi madre que salió de la cocina para ver quién era. Noté como Manu se moría de la vergüenza. Él era así. Cuando estás con él, puede que se le vaya la pinza, que haga el tonto como él que más, pero a la hora de hacer algo, siempre saca a la luz toda su timidez.
Entramos en la cocina, mi padre no estaba, todavía seguía trabajando. Y por una parte se lo agradezco. Mi madre terminaba de hacer la cena mientras que yo ayuda a ponerlo todo. Manu hacía el tonto con mi hermano y riendo, así no molestaban ninguno de los dos. Uno por pequeño, y al grande por hacer el tonto. La verdad, creo que mi madre por un momento era feliz. Sonreía como nunca lo había hecho antes, hacía el tonto con la música puesta y se unía a cualquiera de las conversaciones que teníamos. La cena fue bastante bien. Manu me contó como le había ido en las últimas competiciones que ha tenido, mi madre le preguntaba cosas, y él respondía con una sonrisa en el rostro intentando caerle bien, pero no hacía falta, después de todo lo que le había contado a mi madre de él. Mi madre le adoraba.
Mi hermano acabo un poco antes de su cena y mi madre le obligó a irse a la cama. Se despidió de nosotros y se fue directo. Mi madre no dejó que le ayudáramos a terminar de recoger, así que Manu y yo nos fuimos directos a mi habitación. Entramos y dejé sus cosas al lado de mi armario.
Manu: Cuánto antes nos acostemos mejor. Mañana te espera un gran día.- Dijo mientras se tiraba boca abajo en mi cama con los brazos abiertos.
Yo: Ah ¿sí? ¿Y se puede saber por qué?.- Dije mientras me tumbaba de lado observándole, él se dio la vuelta y quedamos uno frente al otro.
Manu: ¿No te acuerdas que te prometí que nos escaparíamos a la playa?
[Continuará..]
Pues Manué, te vas a tener que esperar al siguiente para saber el motivo de por cuál te pedí la canción.
SJDFBSIOUDFS Esto promete, sólo digo eso.
Pedid el siguiente por favor. Os quiero.